Teresa Amiga

En el marco del centenario de la muerte de Teresa de Los Andes, la primera santa chilena, queremos invitarte a conocer las distintas facetas de su vida, a través de cinco fichas, que nos permitirán profundizar en su humanidad, su relación con Dios y los demás, y su corta vida de carmelita. Cada ficha presenta extractos del diario y las cartas de la santa, links para acceder a sus escritos y música para reflexionar.

En esta segunda ficha, te invitamos a conocer a Teresa de Los Andes desde su faceta de amiga.

Para Teresa de Los Andes, la amistad era un don para cultivar. Tenía muchas amigas y, aunque con algunas tenía lazos más profundos, ejercía en su entorno una especie de “apostolado de la amistad”. Su alegre forma de ser y el gran equilibrio interior que había adquirido, la hacían ser una gran líder, además de una buena consejera y confidente. Gozaba la vida y las vacaciones, y era conocida por sus ataques de risa.


En esta carta, dirigida a su hermana Rebeca, relata sus vacaciones de verano y deja al descubierto su buen humor:


"Con la Herminita salimos a hacer largas excursiones de a pie las dos solas.

A veces llegamos embarradas hasta los tobillos, pues nos lanzamos por cualquiera parte. Nada nos detiene. Vencemos todos los obstáculos; en una palabra, somos muy varoniles. El otro día gocé a caballo. Galopamos (...) desde las dos de la tarde hasta las cuatro y media.

Ayer pasé un susto colosal. Salimos a andar por los potreros y nuestro punto preferido es un cerro rodeado de mucha vegetación. Después de pasar una gran acequia haciendo puentes de piedras (...) llegamos a la orilla donde descansamos un rato. Nos inspiramos con la belleza de la naturaleza, y enseguida nos volvimos. De repente siento un ruido entre el pasto. Miro y veo que he pisado una culebra que estaba con sus culebritas. Grito igual al mío no creo haya salido de la boca de ningún mortal...

He adquirido fama con mis tentaciones de risa... No hacemos otra cosa que embromar.

Apróntate. En la mesa, nosotras estamos las últimas con Pepe. Era tanto lo que disparatábamos y nos reíamos, que a veces no podía comer. Y lo más trágico era que el Padre que rezaba después de la comida, en la mitad del rezo no podía continuarlo por la risa, pues los contagiábamos.


Carta 43: Revisa la carta completa aquí


Estas dos cartas a su amiga Elena Salas reflejan muy bien lo que significaba la amistad para Teresa:



"Querida Elena: Todavía estoy gozando con nuestra conversación. Verdaderamente comprendo cuánto vale una buena amiga. Sentía verdaderamente la necesidad de expansionarme con alguien que me comprendiera y que sintiera lo mismo que yo siento. ¡Cuánto bien me has hecho! Te lo agradezco de todo corazón."


Carta 31: Revisa la carta completa aquí


"El Espíritu Santo sea en el alma de mi Elena

Tu cartita me ha revelado tu alma y me ha venido a confirmar en el concepto que de ti me había formado... Demos gracias a Dios por haber juntado nuestras almas con el lazo de la verdadera amistad aquella que comprende que la verdadera amistad consiste en perfeccionarse mutuamente y en acercarse más a Dios. Te hablaré lo que me dicte N. Señor, en cuya presencia estoy. El me inspirará, pues de otro modo ¿qué cosa buena puede salir de mí? También he pedido la bendición a la Virgen para que ella te bendiga y te ponga bajo su manto."


Carta 82: Revisa la carta completa aquí



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