Siempre Unidos
Actualizado: 14 de sep de 2020
Columna escrita por Julio Gulin, Asesor Pastoral UC
#cuidémonos #cuarentenaensoledad #familia #saludmental
Dios es amor en movimiento, amor en relación, por lo tanto, la vida cristiana debería estar hecha de este ir y venir del amor con los hermanos que genera la vida de Dios entre nosotros.
Ahora nos piden de aislarlos, evitar el contacto con los demás para nuestro bien y el de todos. Es decir, por amor debemos aislarnos. Es una paradoja aparentemente.
Algunos están solos en sus hogares. Un amigo me contaba que iba a ver su mamá y llevarle lo que necesita pero se mantenía en la puerta de su departamento para evitar ser portador del virus.
Pero, la verdad es que hay una gran diferencia entre estar solo y estar separado, desunido. A veces, aun en compañía física de los demás, uno se siente apartado, sin conexión con los otros. Por otro lado es posible estar aislado físicamente pero unido en lo esencial de nuestra vida que es el amor.
Dice San Pablo “¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? (Romanos 8:35). La respuesta sería nadie, nada. Así que podríamos parafrasear San Pablo, ¿Quién podrá separarnos del amor de los demás? Y la respuesta sería la misma: nadie, nada, ni la amenaza del coronavirus.
Así que vivimos un momento especial donde se pone en evidencia que estar unidos es más importante que estar juntos. Estamos casi obligados a ponernos en lo esencial de la vida, el amor y la conexión vital con los demás en su raíz; el Amor (así con la mayúscula) que a todos nos une.
En la profundidad de nuestra oración, en el encuentro de con Dios, deberíamos encontrar todo lo que nuestra alma (y también nuestro cuerpo) necesita para no sentirnos solos. Y en este mismo “lugar” estaría la relación con los demás. Después, como necesitamos también de señales perceptibles, una llamada, un mensaje de whatsapp, un e-mail, un saludo desde lejos, nos llena alma y corazón porque estará repleta de significado.