Reina y Patrona de Chile, la historia de su devoción
Cada 16 de julio, la Iglesia conmemora a la Virgen María a través de la advocación de la Virgen del Carmen, quien es invocada como Reina y Madre de Chile, además de Patrona y Generala Jurada de las Fuerzas Armadas y de Orden. ¿Sabes el porqué de esos títulos? ¿Qué papel representa para nuestra patria? ¿Su devoción en el país? En esta nota podrás descubrir un poco más de su historia.
La devoción a la Virgen del Carmen se remonta a los tiempos del Antiguo Testamento, cuando el profeta Elías subió al Monte Carmelo, en Israel, para pedirle a Dios que salvara a su pueblo que sufría por una gran sequía, “cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande que la palma de la mano”(1 Rey 18, 44). Aquella nube dio agua y vida a la tierra, por tanto, se la consideró como respuesta de Dios a las súplicas de Elías y a su vez, representación de la Virgen María, quien daría a luz a su hijo Jesús, Salvador de los hombres y dador de vida nueva. Con el paso del tiempo, los seguidores de Elías comenzaron a instalarse en el monte y dedicaron su vida a rezar y hacer penitencias. Siglos más tarde, y en base a esta tradición, nació en 1226 la orden religiosa de los Padres Carmelitas (1).
El 16 de julio de 1251, se apareció la Virgen al Superior de la Orden Carmelita de Inglaterra, San Simón Stock, vestida con el hábito carmelitano, llevando en un brazo al niño Jesús y en el otro, un escapulario que le entregó al santo prometiendo: “…será de hoy en adelante (este Escapulario) señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno” (2). Desde entonces, el escapulario se ha transformado en un elemento relevante para los creyentes, impuesto en un acto litúrgico a los devotos de la Virgen del Carmen.
Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile
Desde 1595, los misioneros agustinos sacaban en procesión a la Virgen del Carmen por Santiago, dándola a conocer y rezándole por las intenciones de la comunidad (1). Con el paso de los años, los chilenos fueron generando lazos de confianza y cariño hacia esta advocación de la Virgen, pidiéndole su intercesión durante el proceso de Independencia del país.
A su vez, en 1690 llegó a Chile la rama femenina de la Orden Carmelita y fue fundado “El Carmelo Alto de San José”, primer monasterio de la orden en el país; de Santiago y después el Monasterio de Los Andes.
Tras el Desastre de Rancagua, en 1814, y al reorganizarse el Ejército Libertador de Los Andes en Mendoza, los generales O´Higgins y San Martín “escogen a la Virgen del Carmen como su Patrona, jurándole fidelidad los oficiales y toda la tropa. Así, los patriotas, llenos de coraje invocaron a su Patrona en la travesía de Los Andes y en la Batalla de Chacabuco, logrando la victoria el 12 de febrero de 1817” (1).
Un año después, el pueblo chileno juró, en la Catedral de Santiago, levantar un Santuario a la Virgen del Carmen en el lugar donde se obtuviera la victoria de los patriotas. Tras la Batalla de Maipú, Bernardo O´Higgins pone la primera piedra del Templo Votivo de Maipú, Santuario Nacional y Basílica del Carmen, el cual se mantiene hasta hoy.
Varios testimonios y documentos de la época registran la protección que la Virgen del Carmen entregó al pueblo chileno, por ejemplo, en la Gaceta del 20 de noviembre de 1819: “El Estado de Chile es deudor a la protección de la Madre de Dios, bajo la advocación del Carmen, de la Victoria de Maipo. Ella lo salvó del mayor peligro en que jamás se vio”. 18 de noviembre de 1819, Palacio Directorial (3). También, como una manera de honrar y agradecer su intercesión, es que la Virgen quedó representada en nuestra bandera a través de la estrella. Quien, al igual que una estrella en el mar, nos guía para el encuentro con Cristo.
Con los años han surgido distintas veneraciones a la Virgen del Carmen en Chile. Dentro de las más conocidas están; la fiesta de La Tirana, celebrada el 16 de julio en el pueblo norteño de
La Tirana, y la procesión de la Virgen del Carmen que se realiza el último domingo de septiembre en Santiago. Además, existe la Cofradía Nacional del Carmen, quienes se han encargado, a través del tiempo, de vestir y conservar la imagen de la Virgen; por otro lado, varias familias de artesanos que participan en la Muestra de Artesanía UC peregrinan y le llevan ofrendas a la Virgen en el Santuario Nacional de Maipú. A continuación, más detalle de algunas de las instancias mencionadas:
Cofradía Nacional del Carmen
A fines del siglo XVI surge esta agrupación que inicialmente era integrada sólo por hombres; sin embargo, hoy la mayoría son mujeres, conocidas popularmente como las camareras. Ellas están encargadas de vestir y conservar la imagen de la Virgen que se encuentra en la Parroquia El Sagrario, en Santiago, además de difundir la devoción a la Chinita y pedir su intercesión por nuestro país.
Por la antigüedad y valor patrimonial de la imagen (más de 100 años), es que necesita de especial cuidado y medidas de conservación, además de las distintas vestimentas que a lo largo de los años han fabricado las devotas de la Virgen (4). Vestirla es un acto de sacralidad especial para los devotos, que incluso se ve presente en algunas de las agrupaciones de bailes de la fiesta de La Tirana, junto con su coronación.
“Ser Camarera es servir a la Virgen del Carmen, dedicando en forma totalmente desinteresada parte del tiempo personal a sus cuidados, su veneración y la propagación de su devoción en todos los entornos posibles, con el fin de que su mensaje llegue cada día a más corazones y más generaciones” (4).
Para ser camareras se debe cumplir con ciertas promesas, tales como participar de la misa semanal los miércoles en la Parroquia El Sagrario, rezar la novena que comienza el 8 de julio, difundir la devoción a la Virgen y su amor, y participar de la Procesión de la Virgen del Carmen. Esta última es su actividad más importante y se realiza el último domingo de septiembre por las calles de Santiago desde 1678 (4). Sobre la procesión de este año aún no hay información, por lo que se recomienda estar pendiente de las redes sociales de la Iglesia de Santiago aquí.
Las procesiones tienen una carga muy emotiva y asisten cientos de familias y devotos a pedir la intercesión de la Virgen por Chile. En el video a continuación podrás ver algunas imágenes de la procesión de 2018.
Ofrendas de Fe
Se trata de un proyecto ganador del Concurso de Investigación y Creación para Académicos, realizado por Elena Alfaro, académica de la Escuela de Diseño UC y Directora del Programa Artesanía UC, que buscó poner en valor una colección de piezas de artesanía que han sido ofrendadas a la Virgen del Carmen desde hace 48 años por varios artesanos y sus familias que participan en la Muestra de Artesanía UC. Actualmente esas obras se encuentran en el Templo Votivo de Maipú y, a través del proyecto, se quiso rescatar su valor como patrimonio material y testimonio de piedad popular. (5)
Lo investigado da cuenta de una profunda piedad popular que se manifiesta a través de este rito anual, en que las familias peregrinan al Santuario Nacional, participan en la misa y le llevan una pieza de sus artesanías a la Virgen como ofrenda. Es una devoción que se ha convertido en tradición y ha traspasado generaciones gracias al amor que le tienen a la Virgen, como Madre suya, según cuentan algunos fieles.
Al santuario asisten con trajes tradicionales, de variadas edades e incluso creencias y las peticiones son recitadas en lenguas de pueblos originarios de Latinoamérica (5).
La Tirana:Una historia de Amor y Fe
Cada 16 de julio, más de 250.000 peregrinos visitan a la Virgen del Carmen en el Santuario de La Tirana, en la Región de Tarapacá. Algunos le bailan, otros le cantan, otros le rezan o le hacen mandas. Todo en honor a la Chinita, nuestra madre pues, a través de Ella, vemos a su hijo y a Dios Padre.
El relato fundante cuenta que la princesa inca, Ñusta Huillac, junto con otros indígenas, tenían la tradición de asesinar a cualquier persona bautizada que se les cruzara por el bosque de tamarugos en el cual habitaban. Es por esto que a la Ñusta la llamaban “Tirana del Tamarugal”, hasta que un día, se enamoró de uno de los prisioneros, un español llamado Vasco de Almeida. Él le habló de su fe, Ñusta creyó y decidió bautizarse. Los indígenas lo vieron como una traición, por lo que debían matarlos, pero como la querían mucho, decidieron cumplir el último deseo de su princesa: que pusieran una cruz sobre la tumba de ambos.
Más adelante, el sacerdote católico Antonio de Rondón encontró la tumba y como había escuchado la historia de amor por la que había muerto la pareja, puso una imagen de la Virgen del Carmen y tiempo después decidió levantar un templo en su honor, que se convertiría en el Santuario de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana (6). El templo que fue levantado en esa época, hoy se le conoce como “Templo Antiguo”, y en él solo se realizan algunas actividades de la fiesta. Las actividades principales se realizan en el Santuario, el cual fue construido en 1886, y está ubicado en la plaza en el centro del pueblo, a unos metros del Templo Antiguo.
Pero, ¿de dónde vienen los bailes? Dicen que luego de la heroica hazaña de los dos enamorados católicos, quienes querían a la Ñusta comenzaron a peregrinar a la tumba, bailando, rezando y cantando, tradición que luego se fue instaurando por las generaciones y familias del lugar como una forma de venerar la imagen de la Virgen. Surgieron bailes provenientes de las familias de los trabajadores de las oficinas salitreras, cuyas temáticas estaban inspiradas en el cine estadounidense de la época: gitanos, indios, árabes. Cabe mencionar que después de la Guerra del Pacífico, con el proceso de “chilenización” llegaron los bailes chinos, que era un baile tradicional chileno, y eran los únicos que tenían el honor de sacar a la Virgen en procesión por el pueblo durante la fiesta, a modo de escoltarla, lo cual se mantiene hasta hoy (6).
En la actualidad existen más de 200 agrupaciones de bailes, como los de las cuyacas, morenos, diabladas, chunchos, indios, pieles rojas, gitanos, entre muchos más.
Este año, dadas las circunstancias sanitarias, no se podrá realizar la tradicional fiesta en el pueblo de La Tirana; no obstante, el llamado de la diócesis es a celebrar a la Virgen desde nuestras casas: “Virgen del Carmen, Reina de mi hogar” y “Hoy tu pueblo ruega por volver”, son algunos de las frases que se ven en redes sociales. Para más información puedes revisar el programa del Santuario aquí.
La Chinita de la Tirana
Enfoque UC