Challenge La Rioja: Una nueva forma de peregrinar

Actualizado: 21 de ago de 2020

Te invitamos a conocer más sobre Challenge La Rioja, un proyecto que reinventó durante este tiempo de pandemia la manera en que se peregrina.

Encuentro, oración y peregrinaje virtual en diferentes lugares santos es lo que propone el Challenge La Rioja para este tiempo de pandemia. Se trata de una iniciativa que invita a afrontar retos solidarios y reflexivos, a la vez que se vive una experiencia misionera.

Te invitamos a conocer más sobre esta iniciativa.



El coronavirus ha afectado a la sociedad de diferentes maneras, obligando a las personas a quedarse en sus casas para cuidar de su propia salud y la de los demás. Y es que la pandemia ha obligado a replantear el estilo de vida y diversas actividades a lo largo y ancho del mundo, donde el peregrinaje a lugares santos no ha sido la excepción. Por esto, la Pastoral Juvenil de La Rioja, en España, creó distintos Challenge virtuales de peregrinación para hacer desde las propias casas sin necesidad de salir de ellas.


Para saber un poco más de la iniciativa, conversamos con Fernando Arriero, director de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de la Rioja.


¿Cómo surge la idea del peregrinaje virtual?

Todo comienza en marzo de este año, cuando se estableció en el territorio español el Estado de Alarma y el confinamiento de todas las personas que no se dedicaran a alguna actividad básica. Esto supuso un cambio radical en el desarrollo normal de la actividad pastoral diocesana.

Ante esto, surgió la idea de abrir una Parroquia Virtual, que llevaría por nombre “Virgen de la Esperanza”. Desde ese momento, comienzan a generarse diferentes materiales y actividades que van teniendo éxito, como el Evangelio del día leído por los jóvenes de la diócesis y explicado por adultos; grupos de oración para jóvenes; una Pascua Juvenil Virtual; entre otras actividades.

Gracias a la buena experiencia y resultados de estas instancias, y en vista de que el viaje previsto a Tierra Santa, para el que se estaban formando 35 jóvenes de la diócesis, no pudo concretarse por la pandemia, es que surge la idea de realizar una peregrinación virtual a ese lugar.



¿Cómo se llevó a cabo esta primera peregrinación virtual?

Se prepararon textos para la reflexión y videos motivacionales, que dieran a conocer el lugar al que se llegaría en cada una de las etapas, junto con reflexiones y testimonios, además de acompañamiento individual y grupal para los peregrinos, entre otras actividades.

Teníamos previsto que se inscribieran unos 80 jóvenes, pero en cuestión de diez días se llegó a 3.200 peregrinos virtuales de España y de más de 15 países, todos de distintas edades. Incluso, tuvimos que cerrar las inscripciones ante la imposibilidad de poder gestionar las actividades para un número tan grande. Esto sumado a que teníamos como fecha de término del challenge el día de Pentecostés.

Rápidamente, los peregrinos empezaron a pedir otras experiencias Challenge y ya que la peregrinación diocesana con los enfermos a Lourdes se suspendió, se elaboró un “Lourdes Challenge”, que contó con la participación de 1.700 personas y tuvo 10 etapas. Además, en junio también abrimos el “Tierra Santa Challenge 2.0”, con 1.900 peregrinos y 30 etapas. Estas dos últimas experiencias Challenge fueron en la web.



¿A qué desafíos tuvieron que enfrentarse?

Un aspecto que aún no había sido posible llevar adelante por la cantidad ingente de participantes tras los primeros dos Challenge fue el del acompañamiento personal. Sin embargo, lo logramos para el reto del “Camino de Santiago Challenge”.


Veíamos que esto era esencial porque las actividades de verano de la Pastoral Juvenil se suspendieron por el coronavirus y también porque veíamos que cada vez había más gente interesada en hacer un itinerario espiritual con la propuesta de peregrinaciones virtuales. Pero… ¿cómo poder ofrecer un acompañamiento sencillo y por escrito a quien lo deseara si se inscribieron 4.200 peregrinos de 45 países diferentes?

Esto es posible porque los mismos peregrinos lo hacen, ya que, al final de cada Challenge, se les pregunta si nos pueden ayudar en alguna tarea, como moviendo las redes sociales, haciendo algún dibujo, editando vídeos… y también acompañando a otros peregrinos. Además, como este año se llevó a cabo un curso de acompañamiento en la diócesis, se hizo un llamado que fue respondido positivamente por muchas personas.

Actualmente, la red de voluntarios cuenta con:

  • Una plantilla de unos 25 acompañantes.

  • Un grupo de unas 1.000 personas que rezan por esta experiencia.

  • 800 personas que se han comprometido a difundir.

  • Y otras decenas de personas para acciones diversas, entre las que destacan las traducciones a diferentes idiomas.

Proponer estas experiencias de evangelización digital e itinerarios espirituales acompañados en otros idiomas supondría un nivel más, por lo que es necesario discernir sobre lo que el Resucitado desea que hagamos con este regalo a su Iglesia en La Rioja. Este es el verdadero reto porque apunta a lo nuclear: sólo lo que Dios quiera.

El resto de dificultades son las normales en estructuras humanas y con sensibilidades diversas, en una situación atípica y con una experiencia novedosa. Ingredientes para poner a prueba: la paciencia.

En todo esto ha sido esencial el papel del Obispo, Don Carlos Escribano, quien nos ha respaldado siempre. Nunca nos “cortó las alas”, al contrario, incluso él mismo se inscribió como peregrino de los Challenge.


¿Qué fue lo que más los sorprendió tras el primer challenge?

Son varias cosas, no sólo por la calidad del material que se proponía y/o la red de colaboración que surge con la gente de la diócesis, de diferentes vocaciones, edades o sensibilidades, sino que también los agradecimientos de cientos de personas. ¡Y de tantos lugares del mundo!

Por otro lado, emocionan las palabras de quienes, gracias a lo virtual, pueden acceder a experiencias que presencialmente son más difíciles; gente con discapacidad, adultos mayores o que no tienen los medios económicos para visitar los lugares santos.

A su vez, el impacto que esta iniciativa ha tenido en los medios locales y nacionales, llevando la imagen de la Diócesis de Calahorra y La Calzada - Logroño a un escenario muy positivo, donde incluso muchos situaron por primera vez a esta diócesis en el mapa.

Realmente este era un proyecto diosesano en la línea de la Misión Diocesana EUNTES: unidos por llevar a Jesús a los demás… ¡Y ha sido mucho más de lo que imaginábamos en un principio!